Quizá sea por la particularidad de las sesiones: un grupo de gente actuando, como si se tratara una obra de teatro improvisada.
Pese a estas primeras impresiones, su creador lo concibió como un método de terapia psicológica; un método que permite diagnosticar y a la vez llevar a cabo la terapia. Por ende, existen una serie de técnicas y especificidades que hacen que este método sea más que sólo las ganas de “pasar un buen rato”.
¿Qué es el psicodrama? ¿Quiénes participan y cómo se desarrolla una sesión? ¿Cuáles son los beneficios, y en qué casos es útil este método? Seguí leyendo y encontrá todas las respuestas.
¿Qué es el psicodrama?
Se trata de un tipo de terapia en el que se ayuda a las personas a representar y explorar situaciones de su propia vida (ya sean del pasado, del presente o del futuro).
Estas escenas representadas “teatralmente” pueden estar basadas en eventos específicos de la vida de la persona. También, en sus relaciones presentes o pasadas, situaciones no resueltas, o pensamientos/conflictos internos.
El método se aplica generalmente en una situación grupal, donde cada miembro asume un rol en el “drama”, según sea necesario. El hecho de testificar y participar en las historias personales de los demás puede generar sentimientos de profunda comprensión y confianza entre los miembros del grupo.
El psicodrama permite que las personas puedan expresar sentimientos intensos en un entorno seguro; pero también sirve para trabajar sobre las emociones. A medida que los participantes pasan de “hablar sobre” a la acción, surgen oportunidades para sanar el pasado, clarificar el presente y proyectar el futuro.
El psicodrama ofrece una amplia perspectiva sobre problemas individuales y sociales; y una oportunidad para conocer y probar nuevos comportamientos. También, muchas veces es utilizada como complemento de otras terapias, como la cognitiva conductual.
¿Quiénes son los participantes en un psicodrama?
Por lo general, cada psicodrama incluye:
- Un protagonista. La persona cuya historia o problemas son representados en la acción dramática.
- Los “egos” auxiliares. Son miembros del grupo que asumen roles importantes dentro del drama. Esto puede incluir personas significativas, objetos o incluso aspectos internos del protagonista.
- La audiencia. Son miembros del grupo que asumen el rol de “testigos” del drama, y en ocasiones pueden desarrollar roles auxiliares.
- El escenario. Se trata del espacio físico en donde se desarrolla el drama.
- El director. Es el profesional (psicólogo) que guía a los participantes a través de cada fase de la sesión.
¿Cómo se suelen desarrollar las sesiones?
Tal como explicamos anteriormente, el diferencial de este método radica en el uso de elementos teatrales para representar las inquietudes y problemas que tiene una persona; y para reflexionar sobre ellas.
A lo largo de cada sesión de psicodrama, suelen articularse tres fases bien definidas:
- Calentamiento. En esta etapa, el director/terapeuta explica qué se va a representar, y va generando el clima necesario para que la sesión sea efectiva. Para ello, es importante establecer un entorno de confianza y cohesión, y generar una sensación de seguridad entre los participantes. A la vez, en esta etapa se definen los diferentes roles que asumirá cada participante.
Dramatización. Se trata de la acción propiamente dicha, en donde se plantea el problema del protagonista con ayuda de los demás participantes. Allí, cada uno lleva a cabo la interpretación correspondiente. El protagonista trata de representar lo que le sucede o sucedió, apoyándose en los gestos y otros recursos propios del lenguaje corporal. La interpretación puede ser expresiva, descriptiva, demostrativa, etc.- Comentarios o eco grupal. En cierta manera, es la etapa más importante. Allí el protagonista intenta explicar cómo se sintió a lo largo de la interpretación. Pero también, es el momento de escuchar el punto de vista de los demás participantes (tanto de aquellos que participaron de la escena, como el de aquellos que lo hicieron como espectadores o testigos).
Algunas técnicas utilizadas en el psicodrama
Las técnicas y recursos que se utilizan para llevar adelante el psicodrama dependen siempre de las características del paciente. Por ejemplo, cuando se trata de niños, el “director” puede utilizar títeres, disfraces, marionetas, fábulas, animales, etc.
Si el método es aplicado en adultos, las técnicas más comunes son la del espejo, el doblaje, el intercambio de roles y el soliloquio. A continuación las explicamos brevemente:
Intercambio de roles
El protagonista sale de su propio rol, y encarna el papel de una persona significativa en su vida. Esta acción puede ayudar al protagonista a entender por qué la otra persona actúa de esa manera; y de ese modo, desarrollar la empatía.
El intercambio de roles también ayuda al terapeuta a entender mejor la dinámica de la relación.
Técnica del espejo
El protagonista se torna en un observador, mientras los “egos auxiliares” desenvuelven el papel de él/ella. Lo que hacen es representar un evento para que el protagonista lo observe.
Esta técnica puede ser de gran ayuda para que el protagonista tome distancia de sus emociones. De este modo, podrá valorar la situación de una manera más “objetiva”. También, es útil cuando ocurre lo contrario: hay casos en que el protagonista se siente distante emocionalmente. En estos casos, la técnica del espejo puede servir para que la persona logre conectar con lo que siente: con las emociones que le genera tal situación.
Doblaje
Un miembro del grupo adopta el comportamiento y los movimientos del protagonista. Además, expresa en voz alta cualquier emoción o pensamiento que cree que siente y piensa el protagonista.
Esta técnica puede ser usada para construir empatía con el protagonista; pero también, puede ser utilizada para desafiar, de una manera constructiva y no agresiva, algunos aspectos de la escena o vinculados con las acciones del protagonista.
Soliloquio
Con esta técnica, el protagonista comparte los pensamientos y sentimientos internos con el público.
Esto puede hacerse mientras habla con un “doble”, o con el estímulo del director (terapeuta).
¿Para qué casos es útil el psicodrama?
El psicodrama es utilizado para tratar numerosos problemas de salud mental. Algunas de ellos son:
- Adicciones.
- Traumas.
- Autismo.
- Trastornos alimenticios.
- Trastornos de sueño.
- Ansiedad.
- Depresión.
- Baja autoestima, problemas de timidez.
- Trastorno obsesivo compulsivo.
- Trastornos de personalidad.
¿Cuáles son los principales beneficios del psicodrama?
Al tratarse de una terapia activa y en “tiempo real”, el psicodrama puede resultar muy beneficioso en numerosos casos.
En primer lugar, los sentimientos se expresan en un ambiente seguro y de contención. Cuando el terapeuta logra establecer el clima correcto, las personas pueden desenvolverse sin miedos o ataduras.
Se trata de una terapia que puede ayudar a mejorar las relaciones y habilidades de comunicación. Pero también, fomenta el aprendizaje de otras competencias para la vida: los participantes experimentan y aprenden nuevas formas de pensar y comportarse.
El psicodrama es útil también para superar duelos y pérdidas. A su vez, sirve para recuperar la confianza y el bienestar psíquico.
En las sesiones, las personas tienen la posibilidad de reflexionar y analizar los problemas que tienen o han tenido. Pero también, pueden explorar las causas: ¿por qué esto sucedió así? ¿cuál fue mi rol en esa situación? ¿podría haber hecho algo para cambiarlo? ¿qué debería hacer para que no se repita?. Esas, y tantas otras cuestiones pueden encontrar su respuesta a través de la representación.
