Síndrome de Asperger: ¿qué es y cómo se detecta?

En los últimos años, hemos podido ver cómo numerosos personajes de series o televisión presentan características a menudo relacionadas con el Síndrome de Asperger. Tal es el caso de Sheldon, de la conocida serie «The Big Bang Theory». A veces interpretadas de manera certera, otras no tanto; lo importante es que han logrado poner el foco en un trastorno a menudo tratado en psicología infantil, y sobre el que existe un gran desconocimiento.

Lo que sabemos sobre el Asperger no siempre se basa en información real, sino en meros prejuicios. Por eso, te invitamos a leer este artículo, en donde explicamos en qué consiste, cuáles son sus causas y síntomas, y las posibilidades de tratamiento.

 

¿Qué es el Síndrome de Asperger?

Asperger - Niño sonríe en brazos del padre

El Síndrome de Asperger es una condición del neurodesarrollo que acompaña a quienes lo presentan durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas personas le dan sentido al mundo, al modo en que procesan la información y se relacionan con el entorno.

A menudo, quienes poseen Asperger presentan conductas e intereses inusuales, y tienen problemas con destrezas sociales, emocionales y de comunicación

Al igual que ocurre con otros trastornos similares, los científicos no saben exactamente qué causa este síndrome, y tampoco existe el modo de prevenirlo. De todos modos, sí se conoce que el cerebro de alguien con esta afección funciona de manera diferente al de una persona que no la tiene. Es decir, el Asperger es una condición de orden neurobiológico.

Un dato que llama la atención es la prevalencia del Síndrome en varones por sobre las mujeres: de hecho, se presenta en una proporción de 4 a 1. En este sentido, las niñas con Asperger presentan características similares a la de los niños, pero con una expresión menos manifiesta de los síntomas. Son más propensas a hablar, más pasivas y sociables. A su vez, presentan menos conductas disruptivas y agresivas. Su detección suele ser más difícil, por lo que no se puede establecer aún de forma definitiva una proporción hombre-mujer con Síndrome de Asperger que sea fiable.

¿Hablar de Asperger es lo mismo que hablar de Autismo?

A menudo existe una gran confusión entre estos términos. La realidad es que la comunidad científica es uno de los principales responsables de ello.

En primer lugar, puede decirse que el Síndrome de Asperger tiene varias cuestiones en común con el Autismo. De hecho, en la última edición del DSM-5 se eliminaron algunos criterios diagnósticos que se habían utilizado durante décadas, entre ellas el Síndrome de Asperger. Se trata del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales a partir del cual se rigen los profesionales de la salud mental.

Por ende, en la actualidad el Asperger forma parte de lo que se denomina “Trastornos del Espectro Autista”. Es decir, es considerado como una variable dentro de la categoría general de autismo.

Pero, ¿por qué se produjo este cambio? Principalmente, porque no existen pruebas fehacientes que demuestren diferencias a nivel genético entre quienes tienen un trastorno autista y quienes poseen Asperger. Por otro lado, quienes apoyan esta concepción sostienen que crear una misma categoría que engloba trastornos que hasta el momento se habían considerado diferentes, permite comprender que las dificultades en el lenguaje, los problemas en las relaciones, y los comportamientos repetitivos; en realidad forman parte de un continuum.

Incluso, esta unión entre ambos conceptos no es reciente. En el pasado, a los niños que tenían Síndrome de Asperger también se los conceptualizaba como “autistas de alto rendimiento”. Esto permitía establecer una diferencia para indicar que pueden llevar una vida relativamente independiente y normal. Incluso, muchos niños llegan a tener grandes competencias para algunas áreas.

Otra visión sobre esta diferencia

Numerosos investigadores se rehúsan a la “unión” entre autismo y Asperger, prefiriendo mantenerlos bien diferenciados. Para ellos, existen diferencias básicas que se establecen a continuación:

  1. Diagnóstico. En el autismo las alteraciones en el desarrollo son bastante evidentes, por lo que suele diagnosticarse antes de los 36 meses. En cambio, en el caso del Asperger, al no existir evidencias en el desarrollo cognitivo, el diagnóstico se da luego de los 3 años.
  2. Coeficiente intelectual. En las personas con autismo, por lo general se ubica debajo de la media. Por otra parte, quienes poseen Asperger, suelen tener un coeficiente intelectual por encima de la media.
  3. Lenguaje. Quienes tienen autismo presentan un retraso en la aparición del lenguaje, y el vocabulario suele ser pobre. Incluso, hay un porcentaje de personas no verbales. En el caso del Asperger, la aparición del lenguaje se da en tiempo normal, y todos son verbales.
  4. Relaciones sociales. Las personas autistas presentan un desinterés general por relacionarse e interactuar con otras personas. Las personas con Asperger sí tienen interés en establecer relaciones sociales, y a menudo se sienten frustradas por su dificultad para interactuar.
  5. Desarrollo físico. Quienes poseen autismo, presentan un desarrollo físico normal. En cambio, las personas con Asperger muchas veces manifiestan problemas en el desarrollo motor, siendo la “torpeza” una de sus características.
  6. Intereses. Ésta es una característica de quienes tienen Asperger: a menudo, presentan intereses obsesivos de “alto nivel”. Esto no ocurre en quienes presentan autismo.

¿El Síndrome de Asperger se puede detectar?

Sí, puede detectarse y diagnosticarse. Hay numerosos manuales que exponen los criterios diagnósticos del Síndrome. Tal el caso del DSM (previamente mencionado), o el CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades, de la OMS).

Ángel Rivière, uno de los principales expertos en la materia, ofrece una descripción detallada de los síntomas que permiten diagnosticar el Síndrome de Asperger. Ésta guía suele considerarse acertada, y un tanto más descriptiva que la que ofrecen los sistemas diagnósticos oficiales.

A modo de resumen, éstos son los criterios diagnósticos de las personas con Síndrome de Asperger:

Trastorno cualitativo de la relación

Quienes poseen el Síndrome, presentan dificultades para relacionarse con sus iguales. Manifiestan una falta de reciprocidad a nivel emocional, y muchas veces no responden ante las señales sociales. Muchas veces, esto se resume bajo el concepto de falta de empatía.

También, presentan alteraciones en los patrones de expresividad no verbal (de comportamiento), y dificultades para adaptar sus conductas sociales al contexto.

Por último, hay dificultades para comprender cuáles son las intenciones ajenas (especialmente, las dobles intenciones).

Inflexibilidad mental y comportamental

A menudo, los niños con Asperger presentan un interés excesivo por determinadas temáticas. También, desarrollan rituales y/o actitudes perfeccionistas que van al extremo. Esto implica que muchas veces la ejecución de tareas se desarrolle de manera muy lenta.

Finalmente, muchas veces se muestran preocupados y compungidos por diferentes acciones, objetos, tareas o situaciones.

Alteración de la expresión emocional y motora

Uno de las características del Síndrome de Asperger, es que quienes lo poseen tienen problemas para expresar sus propios sentimientos.

También, se manifiestan limitaciones a la hora de utilizar ciertos gestos. Incluso, muchas veces no hay correspondencia entre los gestos expresivos que utilizan y sus referentes. A nivel corporal, muchas veces las expresiones son torpes.

Capacidad normal de inteligencia “impersonal”

Las pruebas de evaluación que se realizan, demuestran que las personas con Asperger presentan una inteligencia normal. Incluso, la inteligencia es a veces superior a la media. Sin embargo, su perfil cognitivo presenta a menudo picos muy altos en determinadas áreas, y en otras la puntuación es baja (generalmente, las que se relacionan con situaciones de índole social). Muchas veces, quienes presentan esta condición, poseen habilidades inusuales en ciertas áreas.

Finalmente, es importante agregar que hay otras señales típicas, como la presencia de alteraciones motoras o la hipersensibilidad hacia ciertos estímulos (olores, sonidos, etc.). Sin embargo, éstos no se suelen incluir por el momento como síntomas definitorios en la realización de los diagnósticos.  

¿Existe algún tratamiento para el Síndrome de Asperger?

El Síndrome de Asperger no es reversible, es decir que no existe una “cura” definitiva para ello. Tampoco existe una medicina específica para tratarlo. Por ello, muchos investigadores fomentan la posibilidad de tratar al Asperger como una “condición”, y no como un “trastorno”; entendiendo que es una variación de la personalidad humana.

Lo importante es realizar un diagnóstico temprano, ya que con un tratamiento regular se puede ayudar al niño a lidiar con los diferentes síntomas. Esto ayudará a que se desenvuelva mejor con su entorno, y pueda llevar una vida más saludable y estable.

Es esencial abordar el trastorno de manera interdisciplinar, atendiendo a los distintos aspectos en los que se presentan dificultades. Por lo general, el tratamiento incluye una combinación de terapia conductual, física, ocupacional y cognitiva.

Tratamientos comunes en niños con Síndrome de Asperger

  • Logopedia. Si bien los niños con Asperger no suelen presentar problemas en el habla, sí es posible que necesiten aprender habilidades de conversación. Esto incluye respetar los “turnos” de cada uno mientras se habla, hacer contacto visual, y mostrar interés en lo que se le dice. También es importante que aprenda a hablar sobre varios temas, y no termine obsesionado con un único contenido. Otro de los aspectos que pueden abordarse está relacionado con el juego. En este sentido, es importante también que aprenda a respetar los turnos de cada uno, seguir las reglas, y lidiar con las expresiones y emociones de los demás.
  • Asperger - Niño jugando con legosFisioterapia. Tal como expresamos anteriormente, la torpeza es un síntoma característico del Asperger. Un terapeuta físico puede ayudar a desarrollar la fuerza del niño, para que aprenda a correr, saltar, pedalear, subir y bajar escaleras, entre otras actividades de movimiento físico.
  • Terapia ocupacional. El terapeuta ocupacional ayuda a quienes tienen Asperger con sus destrezas motrices. Es decir, trabaja sobre cualquier aspecto que requiera el uso de sus manos. También, ayuda al niño a lidiar con cuestiones sensoriales (ruidos, luces, olores, texturas, entre otros). En la terapia se pueden incluir ciertos materiales como el modelado de arcilla, o agua y arena. Te invitamos a leer más sobre ella aquí.
  • Terapia cognitivo conductual. Este tipo de terapia enseña a las personas con Asperger cómo actuar socialmente con el entorno, y enfrentar sus emociones. Se adapta a las necesidades de cada uno, y a menudo enseña destrezas relevantes como el control de impulsos, ansiedad, miedos, interrupciones, obsesiones y rabietas.

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