Todos tenemos determinados rasgos específicos que nos caracterizan. Sin embargo, en algunos casos estos rasgos dan lugar a comportamientos rígidos y poco adaptativos que se comienzan a manifestar en la vida adulta o en la adolescencia, dando lugar a un trastorno de la personalidad.
Existen diez tipos de trastornos de personalidad. Si bien son diferentes, todos se caracterizan por afectar a la persona a nivel cognitivo, afectivo, social y en el control de los impulsos.
Los trastornos de personalidad pueden ser leves, moderados o graves. Suelen ser persistentes, y afectan el contexto personal y social del sujeto que lo padece. Si bien, no se conocen con exactitud las posibles causas de los trastornos de personalidad, se asocian a factores genéticos y ambientales tales como el estrés, maltrato, abuso o negligencia emocional, miedo durante la niñez.
Te invitamos a conocer cuáles son los diez tipos de trastornos de personalidad y cómo reconocerlos. Seguí leyendo.
¿Cuáles son los tipos de trastornos de personalidad?
El DSM-V (Manual de diagnóstico de Psiquiatría) presenta los distintos tipos de trastornos de personalidad en tres grupos. Estos son:
Trastornos de personalidad del Grupo A
Trastorno Paranoide de la Personalidad
El trastorno de personalidad paranoide se caracteriza por una desconfianza intensa frente a los demás, ya sean familiares, amigos o pareja.
En general, la persona manifiesta dudas de la lealtad o confianza de sus amigos o colegas, y tiene sospechas injustificadas de que los demás le van a causar daño, decepcionar o engañar. También, manifiesta dudas sobre la fidelidad de su pareja.
Por otra parte, el tipo de personalidad paranoide lleva al sujeto a exteriorizar un rencor persistente. Este es incapaz de olvidar injurias e insultos, y tiende a reaccionar de manera hostil al percibir ataques a su persona, aunque esto no sea apreciado de la misma forma por los demás.
Trastorno Esquizoide de la Personalidad
Los sujetos que padecen este tipo de trastorno de personalidad se caracterizan por un desapego en las relaciones sociales y una manifiesta dificultad para expresar sus emociones.
Por lo general, se muestran como personas frías y distantes. No disfrutan de las relaciones sociales, íntimas ni familiares.
En la mayoría de los casos prefieren realizar actividades solitarias. Además, no tienen amigos ni personas de confianza, y se caracterizan por ser indiferentes a las críticas y alabanzas de los demás.
Trastorno Esquizotípico de la Personalidad
Los individuos con personalidad esquizotípica manifiestan distorsiones cognitivas, perceptivas y comportamientos excéntricos, además de poseer poca capacidad para entablar relaciones sociales e interpersonales estrechas. Esto los lleva a no tener amigos íntimos ni confidentes.
Por otra parte, el tipo de personalidad esquizotípica se caracteriza por la presencia de creencias extrañas o pensamiento mágico que influyen en el comportamiento del individuo, tales como supersticiones, creencia en la clarividencia, la telepatía o poseer un “sexto sentido”. En los niños y adolescentes se puede manifestar en fantasías o preocupaciones extravagantes.
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Trastornos de personalidad del Grupo B
En el Grupo B se encuentran aquellos trastornos de personalidad relacionados con comportamientos y pensamientos impredecibles, impulsivos, dramáticos, y emocionalmente inestables. Tales como:
Trastorno Antisocial de la Personalidad
Este tipo de trastorno se comienza a manifestar a partir de los 15 años. Se caracteriza por un incumplimiento de las normas y obligaciones sociales por parte del sujeto. Esto le trae problemas legales recurrentes.
Además, actúa de manera impulsiva y agresiva, y carece del sentimiento de culpa y remordimiento. La persona manifiesta indiferencia e imprudencia hacia las necesidades y la seguridad propia y de los demás.
Trastorno Límite de Personalidad
Las personas que padecen trastorno límite de la personalidad se caracterizan por manifestar una sensación crónica de vacío e inestabilidad afectiva. Además, poseen una identidad personal y autoimagen frágil e inestable, y son incapaces de controlar la ira experimentando de manera constante disforia, irritabilidad, ansiedad.
En algunos casos, realizan conductas impulsivas y riesgosas en cuanto gastos, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios. Se caracterizan por vivir sus emociones al máximo, tienen relaciones inestables e intensas que van de un extremo a otro: de la idealización a la devaluación.
En ocasiones existen comportamientos y/o amenazas recurrentes de suicidio o de automutilación.
Trastorno Histriónico de la Personalidad
La persona histriónica se caracteriza por una búsqueda excesiva de atención, y se siente incómoda en situaciones donde no logra su objetivo.
En general, utiliza el aspecto físico para atraer la mirada del resto y un comportamiento seductor o provocativo inapropiado al interaccionar con los demás. Sus conversaciones se centran más en impresiones y carecen de detalles. También, hace uso de la teatralidad, auto dramatización y expresión exagerada de las emociones.
Por otra parte, el sujeto con trastorno histriónico de la personalidad es fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias, y considera que las relaciones interpersonales son más estrechas de lo que realmente son.
Trastorno Narcisista de la Personalidad
El individuo de personalidad narcisista exterioriza sentimientos de grandeza y prepotencia, tales como exagerar sus logros y talentos. Tiene la necesidad de ser admirado, se encuentra absorto en la fantasía de ser exitoso, brillante, tener poder, belleza y amor ilimitado.
La persona, al creerse especial, considera que sólo puede relacionarse con gente de alto estatus. También, llega a aprovecharse de los demás para lograr sus propios fines.
Sin embargo, el sujeto con trastorno narcisista de personalidad carece de empatía y frecuentemente envidia a los demás, o cree que los demás lo envidian a él. Esto lo lleva a comportarse de manera arrogante.
Te invitamos a conocer la diferencia entre rasgos narcisistas y egocéntricos de una autoestima alta y positiva.
Trastornos de personalidad del Grupo C
Al Grupo C pertenecen aquellos trastornos de la personalidad que se caracterizan por manifestar ansiedad, temor, conflictos interpersonales, entre otros. Aquí encontramos:
Trastorno de la personalidad evasiva
Este tipo de trastorno de la personalidad lleva al sujeto a la inhibición social, hipersensibilidad ante una evaluación negativa y experimentar sentimientos de incompetencia e inseguridad. Se ve así mismo socialmente inepto y con poco atractivo personal e inferior al resto.
Por ende, va a evitar las actividades laborales que impliquen un contacto interpersonal significativo por miedo a la crítica o el rechazo.
Además, el individuo con trastorno de personalidad evasiva se muestra poco dispuesto a entablar relaciones con los demás por miedo a que lo avergüencen o ridiculicen.
Trastorno de la Personalidad Dependiente
Cuando un individuo presenta trastorno de la personalidad dependiente manifiesta una necesidad dominante y excesiva de que lo cuiden. Además, se hace evidente un comportamiento sumiso y de apego exagerado, y un miedo irracional a que lo abandonen.
El tipo de personalidad dependiente se caracteriza también por una dificultad para expresar el desacuerdo con los demás. Es más, llega a realizar cosas que le desagradan con el fin de obtener la aceptación y apoyo del resto.
Por lo general, la persona se siente incapaz de cuidarse a sí misma, y necesita de los demás para poder asumir responsabilidades en la mayoría de los ámbitos de la vida. Como consecuencia, si llega a su fin una relación estrecha, busca con apremio otra relación para que le cuiden y apoyen.
Te invitamos a conocer más sobre “Dependencia Emocional” en este artículo.
Trastorno de la Personalidad Obsesivo-Compulsiva
Los sujetos con personalidad obsesivo-compulsiva se preocupan excesivamente por el orden, el perfeccionamiento, los detalles, las normas, la organización. Este perfeccionamiento los lleva a descuidar el objetivo principal de la actividad que se encuentran realizando.
Además, este tipo de individuo está poco dispuesto a delegar tareas o trabajos, muestra rigidez y obstinación, y es avaro hacia sí mismo y hacia los demás al considerar el dinero como algo que se debe ahorrar ante problemas futuros.
La dedicación excesiva al trabajo los hace excluirse de actividades de ocio y con amigos. También, es incapaz de deshacerse de objetos deteriorados sin valor sentimental alguno.
